La consulta a un psicólogo puede resultar una experiencia estresante para muchas personas. Entienden, bien porque lo han decidido o porque una persona cercana se lo ha recomendado, que necesitan ayuda para resolver un problema de sus vidas, pero no tienen muy claro cómo funcionan.
Primera sesión de terapia
La primera consulta suele dedicarse a tomar los datos del paciente y hacerse una idea del problema que plantea. Bien sea un problema de ansiedad, de crianza o de pareja, es muy importante aportar todo tipo de detalles que puedan hacer entender al profesional qué es lo que está ocurriendo. En ocasiones, muchos pacientes no comentan detalles o episodios que, posteriormente, van saliendo en la conversación. Esto no es únicamente por timidez, sino porque piensan que son irrelevantes para el tema que les ha traido a consulta. Mi consejo es que olviden valorar y cuenten todo aquello que consideren. El profesional será el que discrimine qué es relevante y qué no. En esta primera consulta le propondremos un diagnóstico y una estrategia para resolver el problema que plantea.
Segunda sesión de terapia
Mi forma de trabajar hace que, desde prácticamente el comienzo, el paciente va a tener claro qué le ocurre y cómo «funciona» su problema; es decir, va a conocer cuáles son los mecanismos que hacen que su problema se haya presentado y se mantenga en su vida. De esta forma, el paciente toma consciencia y comienza a cambiar aquellas conductas y habitos que sostienen su problema. Al finalizar la segunda consulta, el paciente saldrá con estrategias sencillas para que lleve a cabo el abordaje, en compañía del psicólogo, del problema que ha traído a consulta. Por esta razón, a partir de este momento las consultas se distanciaran, al menos, cada dos semanas.
Tercera sesión y siguientes
El paciente ya está aplicando cambios en su vida.Trae los resultados, que comenta con el psicólogo, y comienza a ver qué funciona y qué hay que ir ajustando en las pautas decididas de abordaje. El paciente comienza a ver que el cambio es posible, tiene éxitos y comprueba que su trabajo funciona, con lo que se motiva y comienza a ser más ambicioso. Eso nos puede empujar a ampliar los objetivos terapéuticos y afrontar nuevos retos que, en un comienzo, el paciente no había reclamado.
Última consulta
Los objetivos planteados se han cumplido. Tras varias semanas (habitualmente seis sesiones), el problema está resuelto. Entonces el profesional ofrece al paciente finalizar la consulta. En muchas ocasiones, mis pacientes desean seguir en contacto y concertar una cita mensual para comentar sus acontecimientos vitales. Ya no tienen el problema acuciante que les trajo a consulta pero, sin embargo, saben que les sienta bien tener la oportunidad regular de hablar e intercambiar opiniones con un profesional.